Los errores en una entrevista laboral no son solamente incómodos, también tienen un costo potencial. La recuperación puede ser difícil, pero no imposible. Solo sigue estos consejos que te damos:
- Pedir disculpas. Reconocer la culpa y expresar un creíble «por favor discúlpeme», puede desarmar al interlocutor. Es una demostración de carácter que puede impresionar al entrevistador. En definitiva, te muestra como empleado honesto que admitirá un error en lugar de ocultarlo o dar pretextos.
- No detenerse en el error. Si accidentalmente sale de tu boca una palabrota o alguna otra metida de pata, no te castigues y retoma el hilo de la conversación. Debes disculparte pronto y responder la pregunta. Detenerse en un error generará atención extra innecesaria sobre el tema.
- Piensa rápido. Aunque entrar en pánico sea una típica reacción, permanecer tranquilo frente al error puede permitirte salvar la situación. Suponte que por accidente llegas a una entrevista sin tu portafolio o tu lista de referencias. Debes intentar decir algo como: No traje hoy mi portafolio (o mi lista de referencias), pues pensé que primeramente hablaríamos sobre mis aptitudes específicas y los logros más importantes que se buscan.
- No supongas que es tarde para actuar. Si crees haber dejado una mala impresión, haber cometido un error grave de evaluación o algo que puede haber ofendido al entrevistador, una estrategia posible es enfrentar el problema en una nota de agradecimiento.
- Prepara la entrevista. Investigar a la compañía previamente puede evitar el mal trago de no saber qué produce o quiénes son sus mayores competidores. Practicar en voz alta respuestas a preguntas posibles puede generar confianza y ayudar a recordar información pertinente y nombres.
- Y no dudes en confirmar una cita, preguntar cómo se escribe un nombre o pedir aclaraciones sobre procedimientos. Es mejor mostrarse responsable y preocupado por los detalles que cometer un error garrafal que se podría haber evitado.
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